sábado, 4 de febrero de 2012

LAS DESOBEDIENTES…pequeña historia de un sueño de locura.


LAS DESOBEDIENTES…pequeña historia de un sueño de locura.


Por: Esperanza Román Valadez.
Texto publicado en el suplemento cultural
"LETRAS DE CAMBIO"
Domingo 11 de Septiembre de 2011. 


OBEDECER: Hacer lo que otro manda. Ejecutar lo que ordenan las leyes. Ceder con docilidad a la dirección que el hombre  da. Estar sometido a una fuerza, a un impulso.
OBEDIENTE: Que obedece.
Diccionario Larousse
…Porque l@s loc@s son los que pueden cambiar el mundo…


                Un día de hace cuatro meses fui diagnosticada por un psicólogo y un psiquiatra con una depresión severa, producto de un montón de cosas acumuladas durante mis 32 años, como  consecuencia se me dicto estaría en tratamiento  - con ambos – durante aproximadamente un año, además de que se me recomendó acudir de ser posible  a un psicoanalista, así lo hice y entre los tres, claro, y  ayudados por pastillas que ayudarían a mi “bienestar” y gotas para conciliar el sueño, evitarían otro intento de…de eso que uno quiere hacer cuando la depresión se apodera de las ganas. Así pues, entre pastillas y doctores, yo comencé una etapa nueva: mi locura ya no era imaginaria, estaba en una clínica y debía seguir al pie  de la letra las indicaciones para mejorar.
                Andando así, comencé a vivir distinto, a comprender cosas, a indagar sobre otras, pero sentía también la necesidad urgente de redescubrirme, de inventarme otra, sino había muerto físicamente si lo había hecho de mi vida pasada…quería no depender ni de pastillas, ni de médicos, quería poder beber una copa de vino si se me antojaba, quería fumar si así lo decidía, sentí no era libre de hacer lo que se me viniera en gana, debía sin embargo obedecer para asegurarme unos días mejores, lejos de pensamientos dañinos. Continuar con la vida “normal” no es posible para quien no sabe quién es o qué quiere de vivir.
                Todo este rollo para llegar a lo siguiente: una de esas mañanas en las que llevaba horas sin levantarme y sin hacer prácticamente nada más allá de dar vueltas en la cama, opté por inventarme cosas por hacer, comencé por leer, luego por escribir, y así pasaron días enteros, comer no era prioridad y salir de mi casa tampoco, tenía miedo de los encuentros, de mí ante los demás, de mi en la calle, no deseaba nada, hacer casi cualquier cosa requería de  un esfuerzo sobrehumano…pero de algo se debe vivir, si es que se ha optado por esto, y trabajar no era una opción, así que ir a clases era algo obligado, me daba un ingreso y mantenía mi cabeza en sitios distintos, aunque fuera por instantes. Dicen que las casualidades no existen, y que de las cosas desagradables debemos aprender, que aquello que no te mata te hace más fuerte, en fin, que todo eso no son más que palabras para el corazón cuando se siente vacio y para una cabeza que anda rondando más allá de la coherencia, y así justo cuando más vulnerable me sentía, y debo admitir, estaba, comencé a ser asediada por alumn@s que me pedían ayuda, pero no ayuda en cuanto a una materia, no, me pedían ayuda para solucionar sus broncas: una chava estaba embarazada, a otra la golpeaban en su casa, otra estaba a punto de fugarse porque no dejaban que estudiara lo que quería, otra más vivía una relación de noviazgo violenta, y otras historias por el   estilo…sin ánimo para mí me sentía desgastada de tener que dar ánimo a otr@s...sin embargo, creí que era justo eso a lo que  de alguna manera me invitaba el azar…a dar un poquito de ayuda a otras que estaban en una situación, en ocasiones más difícil que la mía, y así surgió la idea de convocar a algunas de ellas para platicarles de una idea loca (no podía tener otras), jugar a representar a mujeres que antes que nosotras habían pasado por cosas parecidas a las nuestras, esto de identificarse con historias de otr@s tenía que comenzar por quienes creíamos que recuperando el pasado puede hacerse algo con el presente y para el futuro. Elegí  mujeres de épocas distintas, y que se dedicaron a cosas varias, tales como: literatura, danza, música, pintura, hacer que las chavas se permearan de sus historias, que lograrán engancharse con algo de su obra y pensamiento, todas tenían algo en común, haber roto barreras sociales, establecer sus propia forma de vivir aún en contra corriente, la idea surgió en una sesión de terapia, recuerdo que la doctora me dijo: Esperanza, ¿y para qué hacerlo?, a lo cual yo respondí, quiero reírme, quiero jugar y divertirme porque no tengo ganas de nada y porque no encuentro  cómo hacer que otras encuentren las suyas.
                Y entre juego y juego, las mujeres junto a mí, esas que coincidieron sus tristezas con las mías, nos montamos en una aventura que dio como primer fruto un performance en la azotea de una cantina - el juguete -,   terminamos con una sensación extraña, todas habían sentido una conexión con las mujeres que representaron, Tina Modotti, Frida Kahlo, Rosario Castellanos, Nahui Ollín, Violeta Parra, Isabela Dúncan…no sé si fue el ritual de invocación o el verlas desfilar ante nuestros ojos, pero después de ese día, nos sentimos contagiadas de sus ideas, queríamos que más personas las vieran y las admirarán…y así fue como decidimos comenzar con una locura llamada: “Las Desobedientes”, nombre que surgió de un libro con ese nombre,  cuyo subtítulo es: mujeres de nuestra América…fue también azar porque queríamos seguir haciendo, no sabíamos bien qué, ni cómo, pero una cosa teníamos clara: queríamos romper esquemas, nombrar distinto, hablar desde lo que somos: mujeres.
                Mis alumnas no tenían idea de qué comenzaba, yo tampoco lo tenía claro, pero el paso  de los días y el producto de lo hecho nos han dejado ver que se puede estar en sitios distintos, que es verdad que creando se contagia una de otras ideas, que generando en otr@s pensamientos buenos, produce un@ lo mismo en su cabeza…Hoy las desobedientes andan un camino que está por ser trazado, andamos en un viaje organizado por loc@s y hecho para loc@s, nos hemos disfrazado, hemos bailado, hemos pintado, hemos cantado, hemos viajado…y hoy, se reconoce un poquito eso que hicimos, juntas y pensando en las otras, esas que deben ver también que aún con el corazón apretujado se puede ir tejiendo una historia que puede ser maravillosa: GRACIAS A TODAS por acompañarnos, por  atreverse a soñar aún en los días sin sol y con lluvia. Esta historia apenas comienza… 


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