viernes, 10 de febrero de 2012

LANZARSE AL VACÍO, ACERCA DE CÓMO LLEGAR A DÓNDE SE DEBE

Texto que será publicado el próximo domingo
en el suplemento "LETRAS DE CAMBIO"
Periódico Cambio de Michoacán


Esperanza Román Valadez

             LANZARSE AL VACÍO, ACERCA DE CÓMO LLEGAR A DÓNDE SE DEBE                                                      

No hay que tener miedo
¡Cómodo pasado! Pasado de Bolsillo, librito dorado lleno de bellas máximas, créame, le hablo por experiencia; todo lo que sé me lo ha enseñado la vida.
Es preciso decir cómo veo…ya que esto lo ha cambiado. Es preciso determinar exactamente el alcance y la naturaleza de este cambio. No forzar nada, sino anotar con cuidado y prolijo detalle todo lo que se produce.
 J.P Sartre
La Nausea




Hace unos meses escribía: “lo único constante es el cambio”, reflexionaba en ello a partir de acontecimientos que me llevaron a poner en duda y en juego, literalmente la vida; y es que  la existencia de los seres humanos ( no sólo la propia) esta plagada de sorpresas, si, esos sucesos inesperados que van llegando de repente, es cierto que un@ puede  ir “programando” la vida en el presente, para que el futuro no le caiga encima como  un balde de  agua helada, aunque hay ocasiones en las que por más que se prevea, las cosas llegan así: ¡pum!, y no le queda a uno más que cerrar los ojos y aguantarse el frío, secarse después y con todo y ese frío que cala los huesos, y el alma, continuar; hacia donde los presentes por más repentinos que sean, lo lleven a uno.
 Hace unos años identificaba esta sensación con un barquito de papel que va flotando en esos arroyos que se forman junto a las banquetas después de que llueve, ahora la he transformado,  creo que a pesar de la sensación de quedarse pasmado, y el no saber  ni cómo, ni hacia dónde, un@ no debe permanecer a merced del entorno, aún con el corazón en quien sabe dónde y la tristeza merodeando, se deben tomar decisiones que transformen para mejorar, dijo una amiga: ¡ni modo, así es la vida y ay que chingarse!...no sé si me agrada mucho la idea de cambiar la imagen poética del barquito de papel por esa de : ni modo, un@ se chinga, pero algo hay de valioso en ella: la vida humana es tan corta que no debemos estancarnos en las cotidianidades, por dolorosas, tristes o injustas que nos parezcan, no se vale que el miedo de sentir que no podemos nos paralice, ¡ay que chingarle! Significa: afrontar, actuar. 
Poner en práctica este refrán Zen:  Ser como el agua , moldearnos al entorno que nos va mostrando que las cosas cambian, y que en este pasar por consecuencia se transforman, si estamos abiertos a lo que se presente sin aferrarnos ante lo inevitable, sin forzar, asumiendo errores, pero sin culparse eternamente, se pueden encontrar otros anteojos para ver; decía otra amiga el otro día que en un curso donde se hablaba acerca de “violencia de Estado”, la conferencista les mencionaba que habría que aprender a ver distinto, a ponerse unas gafas nuevas para darse cuenta de lo que sucede alrededor, y así poder exigir derechos y evitar injusticias, lo interesante es que no cualquier anteojo nos permitirá este avistamiento,  hablaba que ella todos los días se colocaba sus “anteojos para la guerra”…cuando mi amiga me lo platico no supe si lo que yo había entendido era correcto, incluso me incomodo que alguien en búsqueda de paz, hablara de observar para la guerra…sin embargo, una idea me quedo clara, el entorno es hostil, para ello debe un@ estar preparad@, no significa hacer la guerra como los otros, ni se trata sólo de defenderse, tener anteojos ante la guerra, implica después de ver, también nombrar, y luego no sólo desde la racionalidad, actuar.
Recuerdo a Carlos Aranda, curador mexicano, quien en una entrevista me decía que en la vida de lo que se trata es de dejarse caer, de un edificio muy alto, y estar segur@s que abajo habrá un colchón o alguien para evitar que nos estampemos, que lo difícil es confiar en que en efecto algo habrá abajo que sostenga; medito en ello en estos días en que el desprendimiento debe ponerse en práctica y en el que tantas cosas y personas, incluyéndome a mí misma, me resultan incomprensibles. Retomo las palabras de Sartre en el texto de La Nausea: Quisiera recobrarme: una sensación viva y decidida me libertaría…y asumo que la vida es experiencia -  buena, mala, fría, caliente, roja, azul - los adjetivos se los ponemos dependiendo de que anteojos llevemos puestos, yo quiero unos que no se empañen tanto, y que aguanten cualquier clima, necesito anteojos para aprender a verme a mí  misma, a ver a los otr@s en sus justas dimensiones, y así nombrarlos, para no sorprenderme tanto ante sus acciones, encontrar mis propios anteojos ante la guerra, dejarme estar y ¿porqué no?, lanzarme  y descubrir que hay en el fondo.

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