viernes, 25 de noviembre de 2011

DE CÓMO LAS MUJERES VIVIMOS LA VIOLENCIA...




Esperanza Román Valadez   
 
ES NECESARIO NOMBRAR LA PROPIA IDENTIDAD PARA TOMAR CONCIENCIA DE LA PROPIA DIFERENCIA SOCIOCULTURAL… SÓLO CUANDO ESTE PROCESO HAYA SIDO COMPRENDIDO DEL TODO, PODEMOS IMAGINAR POSIBILIDADES, ESTRATEGIAS PARA EL CAMBIO Y LA TRANSFORMACIÓN. LA INTENSIDAD CON QUE SEAMOS CAPACES DE VINCULAR LA CONCIENCIA PROPIA RADICAL A LA LUCHA COLECTVA PARA CAMBIAR Y TRANSFORMAR A LA PERSONA Y A LA SOCIEDAD DETERMINARÁ EL DESTINO DE LA REVOLUCIÓN FEMINISTA…
Teresa de Lauretis

                Es un hecho indiscutible – me gustaría que fuera distinto – que vivimos en una sociedad violenta, esto se refleja en nuestra cotidianeidad de una manera tan evidente, que como sociedad y como personas individuales nos estamos acostumbrando a ella, es una forma de relacionarnos con l@s otr@s.  Cada vez nos sorprende menos que se encuentren fosas comunes, o que hayan balaceras y se incendien autos, que se trafique con mujeres y niñ@s para la explotación sexual…la violencia y las situaciones que genera se vuelven parte de la forma de ser de  nuestro entorno, las muertas de Juárez se vuelven asunto de televisoras, se convierten en series películas, canciones, y ¿algo cambia?, ¿se investiga realmente lo que sucede?, ¿importa que se solucione?.
            Asumimos entonces la cotidianeidad de la violencia, pero queremos resaltar que además de tener formas distintas, existe una fundamental: la violencia expresada hacia las mujeres tiene características específicas, la llamada “violencia de género”, no se vive igual el mundo siendo hombre o mujer, somos diferentes en la forma de percibir y sentir, y esto (nos guste o no, no es un asunto de gustos o de quereres) nos coloca en estados de existencia diversos, y en una sociedad patriarcal las mujeres vivimos formas de violencia que deben ser resueltas, pero para ello habría primero  que nombrarlas.
            Históricamente y esto también es un hecho, no una suposición, el género femenino ha sido delegado a un plano de lo considerado como privado, y el ámbito de lo público y de la organización de la sociedad, ha sido estructurado para los varones, ello a pesar de estarse transformando no ha llegado a hacerlo del todo, pensemos por ejemplo en estas últimas elecciones y preguntémonos, ¿cuál de los partidos respeto la cuota de género?, en fin, será asunto de otra reflexión, lo que nos interesa resaltar, es el hecho de que socialmente a las mujeres se les violenta, de maneras diferentes, por ende los asuntos que les confieren no se tratan, no se mencionan, se llega incluso   a asumir como natural su situación, y como “antinatural” su decisión de romper los esquemas a los que su sexo y su género les confieren. Sin el movimiento feminista hacer visible la situación de opresión de las mujeres no hubiera sido posible, por ello es un error garrafal relacionar a este discurso con el “machismo”…no son sinónimos.
Existen tipos de violencia, no sólo es violentada una mujer que recibe golpes o maltrato físico, hay muchas formas de serlo, incluso hay quienes no se dan cuenta que viven una situación de violencia, hay mujeres que de hecho se sienten culpable, “algo hicieron para merecer ser tratadas así”….en fin, que aunque las cosas cambien y se transformen no podemos dejar de reconocer que hay mucho por hacer, que las mujeres vivimos situaciones de violencia todos los días, distintas y que deben ser discutidas, asumidas y transformadas, bajo una mirada distinta: la del género, no es que estemos en contra de los varones, pero es un hecho que por educación llegamos a ser “hombres” y “mujeres”, que asumimos roles que condicionan nuestro actuar, pensar y reflexionar, y que mientras no seamos conscientes de que la violencia se expresa de formas distintas no lograremos un cambio, seguiremos siendo un país donde los varones son misóginos, las mujeres sumisas, e incluso reproductoras de modelos opresores…es común oír que ¿de qué nos quejamos las mujeres si nosotras educamos a los machos?...primero,   no somos  todas ni somos iguales, lo cierto es que hay algo de cierto en ello, reproducimos modelos porque asumimos “así debe ser”…argumentos como el de: por que soy madre…es un ejemplo de ello. 
            Que muchas cosas hayan cambiado no significa que sea ya innecesario hablar de la violencia hacia las mujeres, sucede, y las formas deben ser nombradas, porque además se invisivilizan, nos sigue pareciendo que es imposible que tal o cual persona sea violenta, pero sucede, por lo regular alguien (que suele  ser la pareja de la mujer, o alguien muy cercano a ella, y casi siempre varón)   que violenta a otra es una persona que en público sería incapaz de gritar o exasperarse , justo en está semana una chica envío a través de las redes sociales, el nombre de su novio, describiendo lo que le había hecho, la golpeo, le disloco el brazo, la humillo, está no era la primera vez que lo hacia en un arranque de celos, y tampoco era la primera a la que se lo hacia, ella una artista visual, el un compositor Becario del Fonca.
  El asunto estriba justo en que le pongamos nombres a la violencia, que entendamos que es, que sepamos sus tipos, que no seamos las mujeres quienes justifiquemos gritos, o golpes, o situaciones que nos ponen al limite de la locura…Nada justifica la violencia: ni la psicológica, ni la física, ni la verbal.
Las situaciones como las que a continuación se describen,  son ejemplos  reales, vividos por mujeres de diferentes edades, estatus y condición social distinta, todas son manifestaciones de los diferentes tipos de violencia:            
Ana ( 35 años) me gritaba y me hacia sentir que era mi culpa que el no estuviera feliz.
Mujer Zombie ( 21 años) me gritaba y me decía que le desesperaba mi llanto, incluso llego a decirme que hacerme sufrir comenzaba a gustarle.
Andrea (22 años) no trabaja, me toca estudiar y trabajar y cuidar a mi hija, ya no quiero vivir con él, pero me dice que si lo dejo me quitará a la niña.
Consuelo ( 32 años) recuerdo que una noche después de una larga discusión como muchas otras, me alcanzó en plena calle y me tomó del brazo, me llevó a su dpto., yo estaba en schock por lo que había pasado pero además por lo que escuchaba, me decía que me haría mucho daño, que esa noche sería inolvidable para mí, que me contaría detalladamente lo que había hecho con otras mujeres y que desearía nunca haberle conocido, al final de la noche después de que yo llegué y me tire en el suelo a llorar llena de terror, el me levantó y me dijo que eso sólo había sido un ejemplo de cómo yo exageraba las cosas y de cómo todo estaba en mi mente, que no era capaz de hacerme todo lo que me había dicho, no necesitó hacerlo para hacerme sentir muerta de miedo y caminar por la calle llorando aún  con gente a mi alrededor. Meses después tuve un intento de suicidio,  la noche en la que regrese a casa nos vimos, me llevo nuevamente a su departamento y después de acostarnos y de desnudarnos hicimos el amor, comenzó a decirme que no me perdonaría jamás, que tuviera miedo del día siguiente, al despertar me corrió de su casa, dijo que no volveríamos a vernos y me confeso tenía ya a otra persona. 
Los ejemplos de violencia física sólo los mencionaremos sin especificar la situación ni a quien le ocurrió: me golpeo hasta hacerme caer  de las escaleras, me lanzó contra el piso cuando intentaba detenerlo para que no me dejara, me apuñalo y luego me prendió fuego, me golpeo tanto el vientre que me hizo abortar, un día me arrancó la ropa antes de salir porque dijo parecía puta…etc, etc, etc.
  Ahora bien, el asunto en tener un día especial para reflexionar entorno a la violencia pero con especifidad en las mujeres, estriba en que está se manifiesta diferente, debido esto al modelo de organización social denominado “patriarcal” modelo que marca y determina las normas sociales, las formas en la que se establecen los valores, los roles sociales el estatus, la condición de ser humano.


¿POR QUÉ EL 25 DE NOVIEMBRE?

La elección del 25 de noviembre como fecha internacional de la lucha contra la violencia a la mujer fue un acuerdo tomado por las participantes en el Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, que se llevó a cabo en Bogotá en 1981, aceptando la solicitud de la delegación de República Dominicana que proponía que de esta forma se rindiera homenaje a las hermanas Mirabal: Minerva, Patria y María Teresa. Ellas son un ejemplo vivo del tipo de mujer comprometida con las luchas de su pueblo.

La participación activa de las hermanas Mirabal en la lucha contra Trujillo les ganó la fama de revolucionarias, motivo más que suficiente para que en cierta ocasión Trujillo manifestara ante un grupo de personas que sus dos únicos problemas eran las hermanas Mirabal y la Iglesia.
 Minerva y María Teresa fueron a visitar a sus esposos a la cárcel, en compañía de su hermana Patria. Fueron interceptadas en un lugar solitario del camino por agentes del Servicio Militar de Inteligencia. Conducidas a un cañaveral próximo, fueron objeto de las más crueles torturas, antes de ser víctimas de lo que se ha considerado el crimen más horripilante de la historia dominicana. Cubiertas de sangre, destrozadas a golpes, estranguladas, fueron puestas nuevamente en el vehículo en el que viajaban y arrojadas a un precipicio, con la finalidad de simular un accidente.



No es un día para pasar por alto, es un día para hacer visible y nombrar, para dejar a tras prejuicios que suponen hay asuntos destinados a permanecer en privado, cabe recordar el lema feminista de los  60´s: lo personal es político, lo político es personal….que se escriba con “@” y se hable de las mujeres en asuntos de arte, política, economía, etc., no significa que el trato desigual y violento se haya terminado, mucho nos queda por hacer más allá de los discursos.  


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