miércoles, 11 de enero de 2012

Cartas de Rosario: Espejos del Desamor.


Esperanza Román Valadez


Cartas de Rosario: Espejos del Desamor.
 ( 2a parte)


C



Todas las noches lo sueño pero siempre es la misma cosa angustiosa; de saber que usted está en alguna parte, de ir a buscarlo y de caminar, y caminar y no alcanzarlo nunca.
Rosario Castellanos

Te he amado de una forma torpe, arrebatadora e incondicional, siempre queriendo y deseando lo mejor para ti.Lo mejor, sólo tú mismo podrás encontrarlo y, hoy por hoy estoy segura de que no pasa por incluirme a mí.
Margarita Rebelo PInto  

Envío está postal  después de pasado lo ocurrido. Ahora el silencio, nada más que el silencio y mil espacios por llenar. Adiós al quebranto. Que seas feliz.
Juan Carlos Jímenez 

            Las cartas escritas por Rosario Castellanos nos muestran a una mujer que vivío el amor de una manera dolorosa, ambivalente, pues se narra como la felicidad más grande que jamás haya experimentado le viene por el “amor de Ricardo”, ello también es lo que la conduce sin embargo a sufrir…contradictorio pues era una mujer que hablaba críticamente de la femineidad por considerarla injusta, ya que condicionaba a las mujeres aun plano de objetos de los hombres, escribió por ejemplo Mujer que sabe Latín…, libro donde haciendo alusión al dicho popular de “mujer que sabe Latín, ni tiene marido ni tiene buen fin” nos habla de varias mujeres,  cada una en diferentes ámbitos y en épocas también distintas, que teniendo que romper con parámetros políticos y morales, logran transformar su entorno, ello siempre teniendo que cuestionar el control que es ejercido desde el poder patriarcal, representado por los varones en el poder.
            Rosario cuestiona no solamente la cultura misógina representada en el género masculino, sino también a las mujeres que se adaptan al modelo cultural de la femineidad y asumen para sí estereotipos condicionantes de su identidad, “su ser mujer” esta ligado a cuestiones como: la maternidad, la belleza, la pureza, etc, etc. Sin embargo Rosario no logra- y eso pensamos después de leer sus cartas - cuestionar el modelo romántico de la relación amorosa entre hombres y mujeres, quizás si lo hubiera hecho su vida hubiera sido menos angustiante, ante la espera de respuestas a sus cartas, mismas que eran escasas….Rosario se asume necesitada de cariño, y lo espera aún sabiendo que no lo recibirá, insiste: “le escribiré mucho sin esperar a que lleguen sus respuestas”…Sus cartas son la historia de estos amores que se debaten entre el gozo y el sufrimiento, la desesperación, la locura de necesitar al otr@ cerca y saberlo imposible, Rosario repite en sus cartas esta fórmula de encantamiento: teamoteamoteamoteamoteamo.
            El amor que vivió hacia Ricardo fue de una adoración exorbitante… fue cegada por esa pasión como la que cuenta Ángeles Mastretta en el relato de la tía Daniela: se enamoró como lo hacen todas las mujeres inteligentes: como una idiota…
 Siendo una mujer dedicada al ámbito académico podemos ver en sus letras que lo que hace no la llena al grado de sentirse estúpida y menospreciarse, busca en todo momento la aprobación de Ricardo. El enamoramiento transforma a esa mujer que critica las relaciones de control, en una persona sumisa, que llega incluso a transformar sus propias convicciones por tratar de encajar en lo que su amado desee.
            Que sean las palabras de Rosario las que nos cuenten su historia de amor, que nos sean espejos para tod@s los que no logramos entender que el otr@ a quien amamos puede no desearnos más,  entender como dice  la canción que cada historia tiene su final,  y que hay un momento en las relaciones parafraseando a Sabina, en qué al punto final de los finales, no le siguen dos puntos suspensivos. O como dice Aute: ya no hay puntos suspensivos llegó el rotundo punto final. 
            Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 28 de julio de 1950
Mi querido Ricardo:
Ahora estoy cansada y decepcionada de las personas difíciles y complicadas…no quiero que usted se fatigue, ni se canse. ¿Sabe? Yo lo amo y quiero que sea muy feliz. Hableme mucho de usted, no me olvide. No sea infecto. Yo me despido ahora. Lo recuerdo todo el día. Y en la noche lo sueño, lo sueño y lo sueño.
Comitán, Chiapas, 5 de agosto de 1950
Mi querido Ricardo
¿No te importa que me deje arrastrar así por mis pasiones y que estás turben mis juicios  estéticos?, lo leí con tus ojos no con los míos. Sentía que era un modo de estar próximos y cercanos. El punto que me dolía era ese: no saber de ti.
Dentro y fuera de mí la estupidez asumiendo todas las formas posibles. La nada. La náusea total. Lo mejor era huir del mundo y sus desengaños. Lo mejor era morirse.
Sólo en ese momento el miedo era superior a cualquier otro sentimiento. ¿No le importa que sea tan miedosa?.
Se da cuenta hasta que grado mi pensamiento ha estado fijo, girando alrededor de usted?, ¿se da cuenta cómo altera mi equilibrio? Yo tampoco quiero pensar en el futuro ni preguntar cómo ha sido posible esto ni tratar de explicármelo. Sucedió, nada más. Supongo que así suceden los milagros y las catástrofes. Lo amo y soy feliz precisamente por usted, gracias a usted. Esas dos palabras, amor y felicidad, me habían parecido siempre inconciliables, enemigas. Pero se necesita una clave. Esa clave es usted. Si falta, todo se desintegra de nuevo y vuelve a ser incoherente, confuso, insoportable. Le voy a confesar una cosa, claro que ya usted lo sospecha. Pero es esto: usted me hace falta, lo necesito..Con ninguna otra persona del mundo sería yo feliz como con usted…y me entra un angustioso deseo de ser perfecta. Quiero ser tal como usted quiera que yo sea…Y ahora otra vez, quiero decirle que lo amo…Me gustaría estar cerca de usted y que se enojara pero así, mucho, y que me costara un trabajo enorme contentarlo. Lo amo.
Rosario          
P.D.: Lo amo.

Nota: Reproducción textual de dos cartas de Rosario Castellanos.

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